Diario de Guerra de Alejandro González, Alias "WaaghMan". Cuadragésima anotación:
(Este informe de batalla se da desde el punto de vista de mis tropas, aunque pretende ser objetivo en las descripciones).
En las lejanas junglas de Lustria se encuentra la ciudad-templo de Tetloc-Itza. Su emplazamiento al norte del continente le hace una ciudad siempre amenazada por las regiones vecinas: Las siempre acechantes arcas negras de los elfos oscuros y el propio Reino del Caos.
Es por ello que siempre hay unidades de exploradores en las inmediaciones, para localizar al enemigo.
Y hacen bien, porque un día como cualquier otro, una alianza entre el Caos y los elfos oscuros planeó conquistar Tetloc-Itza: Los elfos oscuros se quedarían con los ciudadanos que sobreviviesen como esclavos, y el caos ganaría terreno en su plan de dominación mundial.
Los eslizones, experimentados exploradores y hábiles corredores, se dieron prisa en avisar al pueblo, que se preparó para evacuar al mago Slann y el grueso de la población a un lugar seguro. Mientras se hacía, un pequeño destacamento de tropas se encargaría de defender el sitio y aguantar el máximo tiempo posible. Sabían que iban a morir, pero estaban decididos a proteger la ciudad. El valiente escamadura Tinchi-Huinchi y su hermano Klolec se ofrecieron voluntarios para comandar esa fuerza de contención.
Una vez se prepararon a las tropas, los exploradores tomaron posiciones más avanzadas para sorprender al enemigo e intentar entorpecerle.
No pasaron ni dos horas antes de que la fuerza de ataque combinada entre elfos y caos llegase a las cercanías de la ciudad. Su mera visión era escalofriante: Dos regimientos de ballesteros, Bárbaros a caballo, Caballeros del caos elegidos, dos regimientos de guerreros del caos, diablillas de slaanesh, mastines del caos, caballeros gélidos, dos hechiceras, un engendro del caos, un paladín del caos sobre una montura demoníaca, y 24 lanceros.
Las fuerzas de los hombres lagarto eran más reducidas, pero habían sido escogidas entre los más valientes de la ciudad: 4 regimientos de eslizones (dos de ellos exploradores), dos salamandras con su dotación, dos regimientos de saurios, 5 terradones, un chamán eslizón, y los hermanos Tinchi-Huinchi y Klolec.
El combate fue duro, la superioridad numérica de la alianza maldita era patente, y los hombres lagarto no tendrían ninguna posibilidad de acabar con ellos, pero su misión era entorpecerlos.
La mejor actuación por parte de los hombres lagarto la tuvo, sin duda alguna, una unidad de exploradores eslizones que, valientemente, avanzó hasta la retaguardia del ejército enemigo, entorpeciendo y desconcentrando a las tropas enemigas para ganar tiempo.
A su vez, otra tropa de eslizones avanzó hacia unos ballesteros elfos oscuros, con la intención de eliminarlos o entretenerlos. Tras un combate bastante decisivo, los eslizones decidieron que volverían a casa para luchar otro día, pero debían de tener barro en sus pies, porque tan sólo huyeron 6 cm (6 cm en 5D6, en mi opinión la peor tirada de huída de la historia de warhammer).
Los terradones, por su parte, atacaron a los mastines del caos y tras el ataque se replegaron, para después atacar a los ballesteros que habían vencido a los eslizones. No les causaron muchos daños.
Mientras tanto, el grueso de tropas enemigas, pese a ser entretenidas por los eslizones, se estaba acercando a la ciudad. Los primeros en llegar fueron los caballeros, que cargaron contra Tinchi-Huinchi, quien valientemente aguantó la posición. Los caballeros consiguieron herir al héroe, a cambio de una baja provocada por éste.
Los lanceros hombres lagarto, decididos a ayudar a su líder, cargaron por el flanco de los caballeros para destruir a los invasores, pero no causaron daño alguno. El combate se prolongó durante mucho tiempo, sin que pareciese que alguno de los bandos dominase la situación.
En ese momento, uno de los regimientos de guerreros del caos llegó, junto al engendro del caos.
Los guerreros cargaron por el flanco de los lanceros que estaban en combate con los caballeros, y se unieron al combate por la ciudad. El engendro, grande como era, no cabía y no tenía más remedio que atacar al segundo regimiento de saurios para hacer hueco y poder entrar en la ciudad.
A la carga del engendro se unió el general del caos y su montura demoníaca. Rápidamente acabaron con los saurios, y el engendro consiguió entrar en la ciudad.
Mientras, los terradones se unieron al combate principal, atacando a los caballeros del caos y causando dos bajas. Los caballeros seguían sin ser derrotados.
Al final, la unión de los guerreros y los caballeros del caos fue demasiado para los hombres lagarto, y se vieron obligados a huir, dejando sólamente un pequeño grupo de eslizones para defender la ciudad.
Por suerte, en ese momento la población ya había conseguido evacuar la ciudad, y aunque Tetloc-Itza fue temporalmente conquistada por el Caos, los Hombres Lagarto tardaron poco en reconquistarla. Otra vez será...
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