4 mar 2005

4/3/05 - Vaya un susto

Diario de Guerra de Alejandro González, Alias "WaaghMan". Septagesimotercera anotación:

Ayer a las 9 Guti, el secretario de la EUITIO, envía un correo a los alumnos con la distribución de aulas y horarios para las lecturas de los proyectos fin de carrera. Yo lo leo y, oh madre de dios, no aparezco en la lista. Sorpresa, indignación y desesperación son los sentimientos que van actuando por turnos en mi cabeza. Poco puedo hacer a esas horas, pero no por ello me voy a sentir mejor. Apago el ordenador a eso de las 11, sin nada que me interese, y procuro meditar y relajarme en la cama. Tras tres cuartos de hora, parece que estoy algo mejor y cojo un libro que me dejaron para comenzar a leerlo.

Tras leer tres páginas, la siguiente la veo pero no la leo. Mi mente vuelve a centrarse en ese problema y no permite la introducción de información no referente a ello. Así que dejo el libro a un lado y espero a que me duerma. Tras un tiempo indeterminado, consigo hacerlo.

El día siguiente tampoco puedo pensar en otra cosa que no sea ver el edificio de la escuela en llamas o a los funcionarios ardiendo en una pira. Al fin, llego al edificio, y me dirijo primero al despacho, donde dejo las cosas y miro el correo, por si Guti me había contestado. No lo hizo.

Así pues, a secretaría, a preguntar. Expongo el problema, y al menos parece que se preocupan de arreglarlo. Les digo todo, y llegan a la conclusión de que el problema se debe a que entregué los tomos directamente, sin presentar borrador, y ellos no se dieron cuenta, así que no dieron mis datos al secretario.

Voy a ver al secretario (Guti) y se lo explico, el pobre parece más triste porque acabe la carrera que porque haya sucedido eso. Me dice que lo arreglará y que mandará un correo cuando esté. Tiene una comisión de docencia en escasos 10 minutos.

Dos horas después, aquí estoy mirando el correo a ver si el problema se soluciona.

Y es que no hay nada como un susto para que salgan a la luz los instintos primarios del ser humano.

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Y la guerra sigue...

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