16 oct 2004

16/10/04: Recuerdos

Diario de guerra de Alejandro González, quincuagésima anotación:

Hoy estaba leyendo el manga de Naruto, y en él el autor hablaba de cosas de su infancia, como cuando dibujaba historias de Doraemon o se vio atacado por un grupo de monos salvajes.



En ellas, contó que el primer juego de NES al que jugó era el Dragon Knight, un juego de rol, y que le costaba mucho porque no acababa de entender todos los menús y opciones que aparecían.





Esto me hizo recordar mi primera andadura en los videojuegos (o al menos la primera que recuerdo).



No recuerdo qué edad tenía, pero eran menos de 7 años, ya que a esa edad me mudé de Oviedo a Madrid, y esa historia sucedió en oviedo. Posiblemente sería con 6 años de edad.



Mis padres me habían comprado una Nintendo al terminar el curso, "por sacar buenas notas"(Las notas eran simplemente un P.A.++ , un P.A.+ y el resto P.A.).



Tras que mi padre la enchufase y conectase al monitor, introduje el cartucho del Super Mario Bros y pusimos una partida a dos jugadores, mi padre y yo.



Y, en mi primera partida de Super Mario Bros, batí un record. Así de simple. Es imposible morirse más rápido de lo que lo hice yo. Nada más salir, apreté el botón de correr y el de caminar a la derecha, hasta que choqué con el primer enemigo que aparece.



Siempre recordaré esta anécdota, ya que me parece muy graciosa. Creo que hasta lloré (aunque de esto ya no estoy muy seguro).



Otra anécdota que recuerdo era cuando había una feria en el parque cercano a donde vivía. Había puestos de tiro al blanco, coches de choques, un gusano, una casa del terror, y alguna cosa más. Por aquel entonces, yo "coleccionaba" coches Majorette. No me daban paga, pero cada semana mi padre me compraba un cochecito, siempre en el mismo kiosko. Por supuesto, hacíamos carreras con esos coches en las múltiples cuestas del colegio al que iba. No recuerdo por qué, pero el caso es que yo tenía un cinturón de Majorette, rojo y amarillo, con riñonera para guardar los coches. Pues cuando iba a los coches de choque, siempre llevaba ese cinturón. Creía que me daría suerte y podría ganar al resto de participantes (eran coches de choque infantiles, así que podía montar solo). Por supuesto, en los coches de choque no se gana, ya que no hay forma de contar quien ha recibido menos golpes y dado más. Pero lo que sí sucedía era que no me daban muy a menudo, y propinaba muchos empujones por el lateral. Lo atribuía a ese cinturón, mi cinturón de la suerte :).



Yo era muy llorón de pequeño, así como muy violento (o eso dicen mis padres). Cuando íbamos al parque, yo pegaba a todos los niños de mi alrededor, incluso mordía. O eso dice mi madre.



Según fui creciendo, y muy posiblemente debido a la pérdida de amistades en la mudanza a Madrid, fui amansándome, hasta el momento actual.



Reconozco que no soy una persona sosegada y complaciente, pero tampoco soy una amenaza pública. Supongo que no soy el más indicado para describirme en este aspecto, y a veces soy ligeramente ofensivo, pero lo hago casi sin darme cuenta, guiado por mi inocencia :P. Me refiero a ofensivo en gestos y palabras, no a golpear...

No hay comentarios: